Si pudiera elegir no quisiera esto, lo que acontece, si acaso un mundo mejor para vosotros. Una existencia más limpia, justa, humana, amable, solidaria...en definitiva: para ti digna, porque así es tu coraje.
Pero no tengo opción. A lo mejor redención, y aún me genera dudas llegar a ser merecedor de esa liberación a estas alturas. Entonces qué es lo que me alienta a proseguir el camino? Simplemente dar valor a como sois: respetuosos, amables, solidarios, afables, bondadosos, responsables, entrañables...En definitiva: buena gente. Cualidades que me harán sobrellevar mejor el tiempo que esté confinado en casa. Y lo haré echando mano de esa dignidad, ese ejemplo, que os hace tan diferentes y humanos y que, además, me pasma y alecciona.
La bondad que derrochas habla por ti muy a pesar de que estes callada; y contribuye a
sobrellevar al resto el envite de la pandemia, hasta el extremo de extinguir o reducir su azote, incluso la acritud de otros con dulzura.
Y lo manifiesto, además, sin ningún ápice de duda, tapujo, y todavía menos prudencia. Porque en este caso no sirve para nada ser reservado. Si acaso ser tremendamente humano. Justo lo que reclama mi atención: el indeleble brillo de tus maneras, de tus valores; hablo de esa esencia que te es propia, tan tuya, pero que transfieres con discreción y de manera tan sabia cierta, generosa y sutil.
Y ten por cierto que aunque te iguale con seguridad ese acto de generosidad y de amor a muchas otras sombras, otras almas, tendrá la bondad de hacerte especial a los ojos del resto para que te imiten.
Te deseo un buen día; desde y con corazón.