
Me gusta deslizarme entre la música; caricaturizar las sombras y reírme de ellas. Dejar el globo de mi imaginación remontar el cielo
Un silencio solo consumido apenas por una luz evanescente, salpica la tarde por completo.
La mudez me habla y comparto con ella mi esencia. Mi alma calla por mí para sumergirse en un soliloquio contemplativo.
La quietud me envuelve. Escucho el silencio. Permanezco ciego, sordo y mudo con él entretanto escucho, veo y hablo con el vacío.
No hay nada más grande ni más ínfimo que resucite la vida.