El individualismo se erige sobre factores socioeconómicos. “Lo que nos hace más individualistas es nuestro trabajo, y más específicamente las profesiones liberales”, Igor Grossman asevera. De todos los marcadores del estudio, los cambios en la clases sociales es el único que precede a las mutaciones hacia el individualismo de las sociedades a través del tiempo. Se valora que el crecimiento del individualismo está directamente asociado al auge de los “trabajos liberales y de oficina” (White collar occupations) que sustituyen a los trabajos cooperativos propios de la clase obrera (Blue collar occupations, en su acepción anglosajona). En consecuencia el individualismo decrece en los trabajos manuales. Ahora la revista científica Psychological Science …
Posiblemente uno de los mejores regalos para la vista, aunque las pinturas de Rothko son capaces de arrancar sutiles aromas de emoción a cualquier sentido. La experiencia es sublime. En consecuencia, ademas de la vista, el color alcanza hasta el alma con una sencillez pasmosa. No sé afirmar otra cosa.
Pero hay siempre un momento en la historia que si alguien se atreve a decir según qué está condenado. Bien lo sabe el maestro. Él pretendía que su pintura fuera poesía y música. Pero ahora toca arriesgarse al espectador descubrirlo en el color de los lienzos de Rothko.
Y en esta oportunidad, de repente, aparece: la linea; el trazo; el contorno…o quizá nada de esto,…y solo el color, el tono, y esos matices que van llegando sin prisa mientras los miras y se descubren para recrudecerse y suavizarse hasta transformarse en sobrias estepas o centelleantes océanos de color.
Quizá sus figuras expresan nada más que formas geométricas simples. Mayormente rectangulares pero sin ángulos flotando en el lienzo y moviéndose bajo la insistencia de la mirada. Tal vez representen nubes cubistas que permanecen bajo o sobre transparencias a la manera de la niebla barrida por la brisa. Su simpleza geométrica carga con la complejidad del color a menudo.
De súbito se abre y interpretas el color. No un color. Pero el color. De repente con él llega el mutismo. Un silencio ensordecedor que roza el misticismo. Una calma que invita al recogimiento. Quizá el maestro, el pintor, Rothko, pasó horas, días enteros, solo, meditando ante sus obras para perderse y acabar disolviéndose en ellas.
Y aquí estamos delante de su legado: lienzos reducidos a nuestra propia mirada que descubren nada o todo. Quizá algunos de los rectángulos representan ventanas orientadas hacia nuestros sentimientos para llevarnos un poco más allá de la esperanza. Y si no, siempre nos queda el beneficio de la oportunidad de ser testimonios de su maestría, geometría y dominio del color por unas horas.