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¿Somos tan modernos? Me genera cierta duda la pregunta, pero puede ser. No lo descarto. Incluso me atrevo a afirmar que sí. ¿Por qué? Pues porque voy andando de manera cívica y emitiendo  cero emisiones que puedan afectar a la tan perjudicada capa de ozono y a la calidad del aire  de la «ville  de Barcelona» como un sufrido peatón más y, se me cruzan, por delante y por detrás; me rebasan, por izquierda y de derecha; y apremian, conductores de toda suerte de juguetes (así lo describe la RAE), otrora de niños y ahora de adultos, actualizados con todo tipo de nuevas tecnologías y construidos con materiales exóticos para convertirlos en suficientemente ligeros para justificar el precio que se paga por ellos y la movilidad por la ciudad en este caso.

Pero bien es conocido que las personas «mayores» tenemos un poco de niños aunque no juguemos como estos y tampoco nos distraigamos de la misma manera ni con las mismas cosas, 

He venido dispuesto a no escuchar nada, si acaso el rumor del silencio. Y mientras el sol alza en su meridiano la melodía brillante, un baño de luz se extiende a la manera que lo hace un mantra sobre el olivar vecino y la tierra calcárea.

Una bandada de aves aletea el cielo. Viene hacia mí ese ruido sordo construido a golpe de pluma, pico y ala. Invade ahora mismo los puntos cardinales del sosiego.

Hoy es domingo (es miércoles, da lo mismo, es lo que tiene escribir sobre notas, sobre apuntes para después coser), una suerte de puerta que cierra las tapas de una semana gastada que se amontona sobre otras ya desterradas porque sucedieron; y que me abrirán, una a una, quizá, con generosidad, las páginas del porvenir bautizadas con nombres de “día” tan insistentes como exhaustos. A lo mejor más próximos para mi imaginario por no haber llegado, porque transparentan en todo caso la esperanza casi ...

30 Ago 2020

SANKT PAULI

(Me llego a las arenas del St. Pauli. Es fácil distinguirlo, ondea alta una bandera pirata. Más allá el mar azul y en calma.)

 

Sankt Pauli aparte de ser  también un equipo de futbol, es el barrio más famoso de Hamburgo, y uno de los más celebres de Alemania, y dicen que uno de los míticos del planeta. Pero la estupenda mala fama ya no lo define. Y también su nombre obedece a un chiringuito de playa de la costa dorada.

Pero el mito está ahí: sobre todo barrio portuario de farolillo rojo, ahora ocupado por tipos jóvenes y emprendedores en busca  de suelo barato para establecerse.

ST. Pauli también es futbol. Quizá más que eso: una manera de entender la vida. Su (sic)

Hay seres que lo presienten: vivimos en un tiempo convulso, de cambios impredecibles, casi de diluvio universal o mejor, de plagas.

En mi opinión hay síntomas que lo evidencian: la crisis energética, la económica, la social, la sanitaria, la de valores, la de referentes, las guerras de todo tipo (armadas, comerciales, técnicas…) y el desempleo imparable y creciente como consecuencia y resultado de toda esta amalgama.

La democracia, las elecciones, el voto, se convierten en un arma terrible aparentemente en manos del «pueblo» llano y débil de siempre pero no es así. Los (sic) 

Hay una hora de después de mediodía que ciega hasta incluso las palabras, por consiguiente no solo hiere la vista. La luz es tan fuerte que no invita a escribir, o mejor: espanta el quehacer cuando queda reflejada sobre una cuartilla en blanco. Sin embargo pronto por la mañana,  cuando los rayos de sol resultan todavía tímidos, o durante el atardecer que ofician de igual manera, lo prefiero ya que me siento más libre y por lo tanto sin la necesidad de recluirme en el interior de la casa o bajo la 

Mientras residía en la ciudad de Barcelona durante el otoño, invierno y primavera del año 20’ conocí a una mujer llamada Sombra. Procedía de una acomodada familia venida a menos por una serie de motivos que ahora no vienen al caso.

Coincidimos por primera vez en una pequeña librería de estilo vintage de la calle Verdi del barrio de Gracia donde, por casualidad, ambos andábamos buscando el mismo libro. Azar o no, fue eso el caso que explica la sincronía.

A partir de entonces nos vimos una y otra vez. Hasta llegar a ser algo así como inseparables. Lo...

Y me estrecha a pocos tu noche clara / Hasta me envuelve loco a ratos / con el coraje de tus ojos sombríos, /el sinfín de tus dedos. / ¿Maltraer tu causa? / El bonito cielo se mustia  al clavarte un clavel de la mirada / A base de pétalos certeros, / de contornos tan sensibles, / como aguzados. / Que adulan / y hieren. / Y que se gastan solo con  mirarte. / De tanto pincharte el alma. / Y de seguirte bajo el brillo de un címbalo insomne / hasta la muralla del lamento. /O ves a saber adónde / Escena opaca, nocturna, / incluso andarina que transpira con la prisa del tiempo. / Que me marca. / Tu mirada, / y mi sombra.

01 Jun 2020

FA TEMPS

No sé què em passa però no vull anar a viure en lloc. Més aviat cap lloc m’atrau, almenys de Barcelona; i de la resta no estic segur perquè un sempre pensa amb solitud i el color ocre  de la tardor que commou; el fred i la poca llum de l’hivern. Això sí, fins que arriba esplendorosa la nouvinguda primavera.

I em confesso que pot ser és millor voltar, i estar present al món sense aturar-se en lloc. Sense cap lloc fix vull dir. Un desastre? Pot ser, no deixa de ser una hipòtesi plausible, tot i que també cap fet a mida el contrari.

22 May 2020

UNA TARDE

Cae la tarde y detrás lo hago yo, Sombra. A esta hora (18:30) miro con ambigüedad al oeste puro mientras tú reposas a mi lado. Noto que el sol está sobradamente alto sobre el horizonte que marca  Mola Porquera, así que intuyo que hay luz para rato.

La brisa de cada tarde nos visita. Ahora, fuera de la casa y sentados al sol, refresca con timidez  cuerpo y penumbra expuestos a los rayos de luz. Ambos permanecemos sentados en una silla mientras elucubramos el texto que será. Así, en esta posición,  leo como la sombra de tu mano escribe sobre una hoja del cuaderno valiéndose del trazo de la mía y de un mismo bolígrafo.

[Un monólogo con Sombra (la consciencia). Escena ficticia como terapia para mitigar los efectos del aislamiento]

»Ojalá supiera tocar el piano o tuviera interés en mejorar lo que sé de guitarra. Para sentarme a componer una canción y poner música a las palabras. Para perfeccionar el sentimiento y ver hasta donde llegábamos con él, vaya. Eso es lo que siempre he soñado desde niño, Sombra. Y consecuentemente, y si me apuras hasta por negligencia del menda, se ha quedado en eso, en un sueño. Pero si bien es verdad que he sido capaz de transmitir un poco de color a los grises, en definitiva belleza, 

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Me gusta deslizarme entre la música; caricaturizar las sombras y reírme de ellas. Dejar el globo de mi imaginación remontar el cielo
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