

Bajo mi punto de vista un proceso de creación de cualquier índole, y en consecuencia su desarrollo (incluyo también los de corte empresarial en todo lo que aquí expongo), llevan a vivir al margen del orden y del caos, pues en el ámbito del «arte» nada está garantizado. Doy por hecho que vivir de él es algo que puede resultar sustancialmente magro desde un punto de vista crematístico, o sea: muy distinto a trabajar para una empresa a cambio de un salario. Entonces, llegado el caso de que el parné sea enjuto uno acaba trabajando para él, y no viviendo de él (me refiero al arte), que es algo muy ...
No és massa tard. Malgrat tot cau la tarda d’un diumenge de Desembre. El després del migdia es fa curt. I és fa efímer donat que ’l temps llisca per un instant cap un altre mentre la llum del sol allarga les ombres dels xiprers dels cementiris arreu on vigilen. Malgrat tot la pausa s’estira.
La tassa de cafè ja és buida, mentre el marro que hi ha dipositat al fons fa que la meva atenció es vegi reflectida al mirall de la negror del pòsit, i repartida entre uns pocs missatges de ...
Le bonheur n’est pas chose aisée : il est très difficile de le trouver en nous, et impossible de le trouver ailleurs [«La felicidad no es cosa fácil. Es muy difícil encontrarla dentro nosotros mismos, e imposible encontrarla en otra parte», Chamfort Oeuvres, vol. IV, Caràcteres et anecdotes, Imprimerie des Sciences et des Arts, Paris 1795, página 433.].
O como pregonaba Aristóteles en Ética eudém ica, VII, 2, 1238 a 12, dice: «La felicidad pertenece a los que se bastan a sí mismos».
Sin olvidarme del Dalai Lama en El Arte de la Felicidad cuando señala en una de las páginas del libro: «La felicidad está determinada más por el estado mental que por los acontecimientos externos».
En definitiva que lo que uno tiene por sí mismo, lo que le acompaña en la soledad sin que nadie se lo pueda dar o quitar, esto es mucho más importante que todo lo que posee o lo que es a los ojos de los otros.
Y tú, ¿qué opinas? No te preocupes, tampoco tienes razón alguna que te obligue.
Es de noche. La luna mentirosa no alumbra demasiado de puertas afuera del refugio. Todavía menos entre la espesura del bosque. Estoy cansado. He tropezado con una raíz que no he visto y me he caído casi de bruces. Las manos me han librado de un golpe en la cara con unas piedras. He tenido suerte. “Siempre tienes suerte” —me digo—. Poco después, al enfriarme, descubro unos rasguños en mis manos y en una de mis rodillas. Algo de sangre. Nada. Mejor, poca cosa. A pesar de todo mi reloj biológico me indica que estoy bien, acaso un poco bajo por no haber comido ni cenado nada excesivamente sólido desde hace horas. Pero estoy acostumbrado a ...
Con frecuencia me olvido distinguir entre lo que represento en la sociedad y mi naturaleza profunda, mi esencia, mi alma. Eso o me confunde. ¿A ti te ocurre lo mismo? Sí, ya lo sé, soy yo en este caso quien manifiesta. No tú. Sigo:
Leo esta mañana en el periódico La Vanguardia que el parón de Seat afecta 70.000 trabajadores. No deja de ponerme los pelos de punta. Por lo que leo en el artículo un incendio de ¿Faurecia?, empresa auxiliar que provee salpicaderos, es el responsable del desaguisado. En resumidas cuentas, que las consecuencias se han extendido como la pólvora para toda la cadena de suministro.
Me cuestiono: ¿Podría ser que la propia sofisticación del sistema logístico, sea su propia debilidad? ¿O el just in time de 3 horas es escaso? Distribuir16 millones de piezas al día es tarea hercúlea. Al menos por lo que mi sentido común me hace entrever. ¿Cómo puede ocurrir eso a una empresa que se precia de ser el primer grupo inversor de España? Se me abre una duda. Mejor, un mar de ellas.
El mismo Luca de Meo que preside la compañía el día 18/11/2019 expresaba en el mismo medio de comunicación escrito que (cito textualmente): “Nos preocupa que un ...
De vueltas estoy sentado en la butaca de un tren que me lleva a ninguna parte. Mirar a través del cristal de una de las ventanas del vagón que se abren al mar resulta, cuanto menos, una experiencia vital casi mágica. Inolvidable. No me confieso ilusionista, sino mejor un privilegiado espectador. Y lo reconozco de manera llana por el mero hecho de gozar solo contemplándolo. Un vulgar ilusionado puedo llegar a ser.
Y es pronto por la mañana cuando curioseo el confín y escribo sobre la experiencia, de cómo el sol se entretiene tangenteando el horizonte. Entretanto el tren se desliza con disimulado traqueteo sobre un camino invariable y paralelo de traviesas de madera, rieles de hierro y todo recostado sobre un balasto pétreo, basáltico y granítico. Poco más tarde, entre bostezos, el astro rey decide alzarse sobre un plano etéreo, azul, quieto y amable. Brillos. Reflejos. Luz. Ponto. Añil.
Y es en la misma línea, donde mar y cielo acuden para diluirse, cuando sucede un choque de azules. Y en consecuencia una explosión de luminosidad y gamas de color que lo inunda todo, hasta el más hondo pensamiento que se extravía con el pretexto de mendigar tan solo una mirada.
És un divendres qualsevol del mes de novembre. Però aquest té una característica intrínseca, si més no curiosa: és al vell mig del mes. Vull dir al seu equador.
No és un dia especialment càlid. Més aviat de tardor. Bufa el vent i fa que la sensació tèrmica de fret es vegi aungmentada i que més aviat sembli hivern.
La lentitud, la calma i la consciència tenen cert recorregut dins meu mentre assoleixo a peu el carrer després d’haver estat assegut, atent, i en silenci durant poc més d’un hora.
No tinc presa. Així que el dia s’atura. Almenys m’ho sembla. Fins i tot que va marxa ...
Què era allò que mirava i semblava tan interesant pel seu aquell ancià de Sant Feliu de Boada (poblet del baix Empordà) mentre romania assegut sobre un petit mur de pedra a tocar d’un hortet? —em vaig indagà aquell mig dia després d’estacionar el cotxe per anar a dinar a un restaurant casolà del poble—. Per molt que ho intentava discernir no encertava. Tot seguit donava per bo que possiblement era quelcom que la meva retina no sabia captar. Podria ser que el valor de les coses no es mesura pels resultats? Pot ser era a la vida?
Em vam fer que pensar les dues possibilitats. I si era jo el que estava desconnectat i per aquesta condició no encertava? Al final vaig dir-me: “I és que en qualsevol cas un té que agafar compromís amb la seva manera de pensar i tenir una vida per poder governar-la”.
Estoy desayunando cuando desafío a la suerte escribiendo rápido sobre cuestionar lo que creo.
Tengo el hábito de apuntar ideas, frases, palabras que se me ocurren, escucho o leo…en una libreta o en la aplicación notes de mi smartphone. Y ahí las dejo para relajar mi memoria y no provocar un overflow con la consiguiente pérdida de datos.
A veces les pierdo la pista y encuentro su traza en otro momento. La situación se da cuando menos lo espero. Otra posibilidad es ponerme a desarrollar enseguida la idea que he anotado. Cuando se da la circunstancia es más difícil que quede olvidada.
En el ámbito profesional y en mi faceta de escritor me ocurre lo mismo, quiero decir que actúo de manera similar: tomo notas constantemente de lo que se me ocurre. Incluidos pensamientos que me pueden parecer trivialidades. Con el tiempo he...
Son las once y media de la mañana aproximadamente. Hoy me resisto a que den las doce en punto, mediodía, no descubro el motivo. A lo mejor he declinado ese intervalo mediador entre mañana y tarde por haber recordado a tiempo que es siempre el mismo. Las dos agujas del reloj coinciden sobre la hora que divide el día. Me convenzo de que con la costumbre y lo previsible todo deja de ser anécdota. O incluso puede ser por el viento que ulula al colarse de manera descarada entre las rendijas de la caja de la persiana. Me tiene hartito. Hoy está pesado. Esta noche también se ha entretenido de lo lindo. Y mucho. Sigue zarandeándolo todo. Incluso la razón.
Aunque para mí siempre resulta molesto, hoy remueve el alma y alborota el pensamiento.
El caso es que he trabajado desde las seis de la mañana sin pausa excepto la de un café; ¡y que rica me ha sabido su amargura! Mal: tenía un libro ante los ojos, pero mi ...
“Cadascú té el seu ritme”, és una frase que vaig escoltar fa temps. No sé de què coll debatíem aquell día durant una sobretaula informal després de sopar. El cas és que ella, l’Anna, la filla que em va regalar l’univers, que tindria aleshores poc més de deu anys, va deixar anar la frase i em va deixar esparverat per l’ocurrencia. I quanta raó tenia!
Fent memòria recordo que poc després de la xerrada informal em vaig anar-me a dormir però no havia manera d’aclucar els ulls, doncs la frase no deixava de donar tombs dins el meu cap. “Què hi havia al darrera? Pot ser saber acceptar el ritme dels altres?” —em preguntava—. “Podia ser” —vaig acceptar—.
És curiós i no deixa de ser coincident, poc després vaig llegir la mateixa frase a un llibret d’algú més creïble, d’un filòsof de cert renom.
També és ben cert allò de que la vida és plena de coincidències. I afegeixo: i de casualitats!
En qualsevol cas ella no es referia al ritme de caminar o córrer, o a un moviment relacionat ...
Hoy prefiero hablar (escribir) de diálogo. ¿Por qué? Porque lo poco o mucho que he podido solventar con acierto en la vida siempre ha ido acompañado de la palabra “diálogo”; aunque siendo noble a veces ni por esas. Pero me resigna saber que no todo depende de nosotros. Me refiero sobre todo a la voluntad expresa de los demás de cambiar algo. De eso no tenemos el control. Aunque sí intentarlo. Las expectativas por ende son solo eso, esperanzas. No lo olvidemos. Pero mientras hay esperanza…Dejo que acabes tú la frase. Colabora.
Pero al buscar en la RAE el significado normativo de la palabra “diálogo” el teclado QWERTY ...
El caso es que él se despertó al rato de acostarse de un sueño dormido. Su armadura reposaba a los pies del camastro. Había perdido la espada y la lanza en una batalla del día anterior. Le quedaba una daga y un escudo maltrecho, como consecuencia de haber sido herido en múltiples ocasiones, apoyado contra la pared. Parecía fatigado.
Era poco más de media noche. Asoció el insomnio con haber tomado una taza de café antes de irse a dormir. No tenía por hábito ingerirlo a esas horas. Pero siempre ocurre un desliz. En consecuencia dedujo con facilidad que la cafeína era la responsable de haberlo sumido en un estado de alerta continua.
A pesar de todo quiso, una y otra vez, conciliar el sueño como lo hacemos los humanos cuando nos cuesta: dando vueltas y más vueltas entre las sábanas de la cama. Pero se ...